EL TRASTORNO NEGATIVISTA DESAFIANTE Y EL
TRASTORNO DISOCIAL: UN CONTINUO QUE HAY QUE CORTAR
APROXIMACIÓN
TEÓRICA
•
Muchos de los comportamientos considerados
negativistas o disociales surgen de forma natural durante el desarrollo
evolutivo.
•
El trastorno negativista desafiante suele
iniciarse antes de los 8 años y raramente después de la adolescencia.
•
El inicio es gradual y se mantiene durante meses
o años con conductas disruptivas leves o infrecuentes, para después producirse
una mayor repetición y generalización del problema (desde el entorno familiar
hasta otros contextos), instaurándose así el trastorno.
TENER PRESENTE QUE...
•
Hay una proporción significativa de casos
en los que el trastorno negativista desafiante se convierte en un
antecedente evolutivo del trastorno disocial, aunque no todos los niños con
trastorno negativista desafiante se convertirán en disociales.
•
Debemos FRENAR esta evolución en el AHORA,
antes de que llegue a la plena adolescencia.
FACTORES DE RIESGO
•
Factores biológicos
•
Factores pre y perinatales (que rodean al
nacimiento)
•
Factores cerebrales (posibles anomalías)
•
Factores bioquímicos (posibles anomalías)
•
La dieta
•
Factores personales
•
Variables de personalidad
•
Variables cognitivas
•
Déficit en habilidades sociales
•
Baja autoestima
•
Pobre desarrollo moral
•
Bajo rendimiento escolar y factores asociados
•
Factores familiares
La
familia es el grupo de referencia encargado de trasmitir al menor el conjunto
de normas y valores sociales a través de las actitudes y comportamientos de los
padres.
•
Factores sociales
A
medida que el menor va creciendo, la influencia socializadora de la familia va
perdiendo peso, cediendo cada vez más protagonismo a los agentes socializadores
como:
•
La escuela
•
El vecindario
•
El grupo de amigos
•
La televisión
FACTORES PROTECTORES
•
A nivel individual:
–
Elevada autoestima
–
Cociente Intelectual elevado
–
Buena capacidad de solución de problemas
•
Un soporte familiar adecuado,
caracterizado por una supervisión coherente, consistente y continua de
los comportamientos del menor.
•
Un soporte escolar adecuado a las
necesidades individuales de los menores y que favorezca la adaptación social
y curricular del niño.
•
Un soporte social funcional y enriquecedor para
el menor, en el que se favorezcan las relaciones sociales y la práctica
de actividades de ocio y tiempo libre saludables.
•
Buena accesibilidad a los servicios
asistenciales específicos, lo que permitirá un diagnóstico y tratamiento
precoz, así como una continuidad en la intervención diseñada.
POR QUÉ USAMOS TÉCNICAS CONDUCTUALES
•
Se persigue la disminución o supresión
de las conductas antisociales mediante la aplicación de castigos.
•
Se persigue el incremento de
comportamientos prosociales utilizando refuerzos o incentivos.
•
Es imprescindible utilizar castigos
y refuerzos conjuntamente, así como su combinación con la estrategia
de modelado (para imitar la conducta correcta).
A TENER EN CUENTA ANTES DE EMPEZAR
•
Necesitamos identificar los REFORZADORES,
que son aquellas “cosas”, ya sean materiales o beneficios, que se le van a
otorgar por realizar conductas correctas.
•
El niño NO nos los va a proporcionar.
Nosotros debemos OBSERVAR qué es lo que más le agrada, actividades,
películas, ocio, objetos, personajes,...
•
La modificación y aplicación de reforzadores ha
de ser GRADUAL, con pocas conductas en un principio.
POR QUÉ HACEMOS UNA INTERVENCIÓN FAMILIAR
La mayoría de las veces el menor se niega a acudir a nuestra
consulta entre otros motivos por:
-
Haber pasado por muchos profesionales sin
obtener resultados beneficiosos para él.
-
Por falta de motivación.
-
Por no ser consciente de que tiene un problema.
-
Porque considera que el problema es de los
demás.
-
Porque identifica psicólogo con “loquero”.
-
Porque sus amigos pueden pensar mal de él.
Además, consideramos que los
mejores COTERAPEUTAS son los padres y los profesores, a los cuales
“entrenamos” para desarrollar esta función de manera correcta. Esto es así
porque son las personas más cercanas que interactúan con el menor de una manera
continua observándose que este tipo de intervención ejerce un efecto más
duradero.
LA IMPORTANCIA DE ACTUAR NO SÓLO EN CASA,
SINO TAMBIÉN EN LA ESCUELA
La escuela es, junto con el
hogar familiar, el lugar donde más tiempo pasa el niño a lo largo del día
siendo, por lo general estos dos ambientes (casa y colegio) donde suelen
presentarse las conductas problemáticas con mayor frecuencia.
¿QUÉ ENSEÑAMOS A LOS PADRES?
Lo primero, les dotamos de una
base teórica para que comprendan los mecanismos que subyacen al proceso de
intervención que llevaremos a cabo.
Posteriormente, les enseñamos
técnicas de modificación de conducta para:
-
Hacer disminuir las conductas problema.
-
Hacer incrementar las conductas correctas que ya
tiene el niño.
-
Técnicas para establecer nuevas conductas que no
tenía.
Y posteriormente, les
entrenamos mediante práctica y rol playing personalizado a cada caso, en el uso
de las técnicas aprendidas.
CONSIDERACIONES RÁPIDAS ANTE UNA CONDUCTA PROBLEMA
LO QUE NO DEBEMOS HACER
v NO tener sentimientos de culpa: olvidamos lo pasado, sólo aprendemos de ello. Miramos hacia adelante y nos centramos en el PRESENTE.
v NO le comparamos con los demás: todos
tenemos cosas positivas y negativas. Lo que ocurre cuando comparamos es que nos
fijamos en las cosas buenas de los demás y en las cosas malas nuestras, por lo
que la comparación NO ES JUSTA.
v NO esperamos cambios globales, bruscos ni
inmediatos: debemos dar “tiempo
al tiempo”, lo importante es
ESFUERZO – TRABAJO – CONSTANCIA
v NO mostramos NUNCA debilidad: si
mostramos debilidad, el paso adelante se convierte en cinco pasos atrás.
v NO sobreprotegerles
LO QUE SÍ DEBEMOS HACER
v SI reforzamos todas sus conductas POSITIVAS: solemos considerar que las conductas positivas son su deber y las tendemos a ignorar (por eso suelen extinguirse) y sin embargo, siempre regañamos ante las conductas negativas (refuerzo negativo).
Ahora lo haremos al revés: REFORZAREMOS las conductas positivas
e IGNORAREMOS las conductas negativas.
v SI
tendremos un TANDEM PATERNO: debemos ser CÓMPLICES entre
todos los mayores que trabajemos con el niño. Aunque estemos en desacuerdo,
nunca lo mostraremos ante el menor, dejaremos las desavenencias para momentos
en los que el niño esté ausente.
v SI
haremos proyecciones de futuro: planear vacaciones, fines de
semana, qué le gustaría ser de mayor,...
v SI nos
propondremos OBJETIVOS REALISTAS y alcanzables: los objetivos
alcanzables a corto plazo son para el niño gratificantes y motivadores, sin
embargo, los objetivos a largo plazo y difíciles, suelen desmotivarles y
frustrarles, por lo que los abandonan sin ni siquiera intentarlo.
v SI
trabajaremos su AUTOESTIMA: buscaremos los puntos donde se desenvuelve
mejor e intentamos fomentarlos y favorecerlos.
TENER SIEMPRE PRESENTE...
ü NO debemos intentar razonar con el niño en
momentos de “rabietas”. No nos va a escuchar y además se sentirá amenazado.
o Nunca cambiarás...
o Ya estás otra vez...
o No te pongas así...
o Ves cómo te estás poniendo...
o Siempre estás igual...
ü Durante
las rabietas: dejarle SOLO,
NO interactuar con él, ha de
percibir el aislamiento que supone su mal comportamiento.
ü Cuando
cese la rabieta: MUCHO
APOYO. IGNORAR lo pasado
y reforzar su tranquilidad y buen
comportamiento con frases del tipo:
o Se te ve bien...
o ¿Qué te apetece que hagamos...?
o Me encanta verte así...
TODO ESTO REQUIERE....
CESFUERZO
CENTRENAMIENTO
CTRABAJO
CCONSTANCIA
CPACIENCIA
Referencias bibliográficas:
· Manual de Terapia de Conducta en la Infancia (2005). Comeche Moreno, M Isabel y Vallejo Pareja, Miguel A.
· Trastorno del Comportamiento Perturbador (2012). Fernandez, Evaristo y Olmedo, Margarita.
· El adolescente Indomable (2009). Peralbo, Angel.
· El Pequeño Dictador (2006). Urra, Javier.
CONSIDERACIONES FINALES
Lo que con este documento se pretende, es dar una orientación
rápida sobre lo que implica este problema tan de actualidad y
una idea general sobre la forma de intervención que
nosotros utilizamos en nuestra consulta.
En ningún caso pretende ser una guía exhaustiva sobre
dicho trastorno, por lo que no debe
ser tomada como tal.
Si cree que necesita ayuda, se ha de acudir a un
especialista que será el encargado de dirigir el proceso de tratamiento.
Referencias bibliográficas:
· Manual de Terapia de Conducta en la Infancia (2005). Comeche Moreno, M Isabel y Vallejo Pareja, Miguel A.
· Trastorno del Comportamiento Perturbador (2012). Fernandez, Evaristo y Olmedo, Margarita.
· El adolescente Indomable (2009). Peralbo, Angel.
· El Pequeño Dictador (2006). Urra, Javier.
M Rosa del Rincón (Consulta de Psicología)
Para ampliar la información o cualquier duda que se pueda tener al respecto se pueden poner en contacto a través de info@mrosadelrincon.es o del tlf: 622 649 066
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