Una Serpiente paseaba por el campo, y se encontró con una Luciérnaga.
La hermosa y luciente Luciérnaga, al ver a la serpiente dirigirse a ella, se asustó y se escondió rápidamente.
Pero la serpiente que no pensaba dejar tranquila a la Luciérnaga, le dijo: -No te escondas, te comeré igualmente.
La Luciérnaga asustada le preguntó: -¿Por qué? Si yo no te hago daño, no soy de tu especie, no soy de tu cadena alimentaria, no te molesto,... ¿Por qué me quieres comer a mí?
La Serpiente, sin más argumentos, le contestó: -Te comeré porque brillas.
La Luciérnaga asustada le preguntó: -¿Por qué? Si yo no te hago daño, no soy de tu especie, no soy de tu cadena alimentaria, no te molesto,... ¿Por qué me quieres comer a mí?
La Serpiente, sin más argumentos, le contestó: -Te comeré porque brillas.
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