viernes, 27 de abril de 2012

A unos les cuesta dar y a otros recibir...

EL BARBERO
El santo Joneyed acudió a La Meca vestido de mendigo.
Estando allí, vio cómo un barbero afeitaba a un hombre rico. Al pedirle al barbero que le afeitara a él, el barbero dejó inmediatamente al hombre rico y se puso a afeitar a Joneyed. Y al acabar no quiso cobrarle. En realidad, lo que hizo fue dar además a Joneyed una limosna.
Joneyed quedó tan impresionado que decidió dar al barbero todas las limosnas que pudiera recoger aquel día.
Sucedió que un acaudalado peregrino se acercó a Joneyed y le entregó una bolsa de oro. Joneyed se fue aquella tarde a la barbería y ofreció el oró al barbero.
Pero el barbero le gritó:
- ¿Qué clase de santo eres?
- ¿No te da vergüenza pretender pagar un servicio hecho con amor?
Anthony de Mello



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