Un día, una profesora
les pidió a sus alumnos una tarea:
- Chicos, me gustaría que me dijerais qué animal o qué
cosa os gustaría ser. También me tenéis que decir el por qué, ¿os parece?-.
Todos los niños estaban entusiasmados
por la sugerencia... quién no había querido ser un león alguna vez, o un oso
feroz...
Cuando llegó el turno de
Pablo, un niño que apenas contaba con ocho años, le respondió –a mí me gustaría ser un televisor-.
-¿Por qué? - le preguntó
la maestra sorprendida -.
A lo que Pablo contestó:
-Porque así mis padres me mirarían más, me escucharían con mayor atención y
mandarían a los demás callarse cuando yo estuviera hablando y no me mandarían a
la cama a la mitad de mis juegos, lo mismo que ellos nunca se acuestan a la
mitad de la película.
Desconocido
Adaptación propia
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