jueves, 10 de mayo de 2012

La ira ciega...

EL OSO

Un oso estuvo a punto de ser asaltado y devorado por un temible león, pero un hombre que llevaba una escopeta tuvo tiempo de disparar al felino y salvarle la vida al oso.
El animal estaba tan agradecido que seguía cómo un perro fiel al hombre por dondequiera que iba.
Un día, el hombre tenía sueño y se echó a dormir debajo de un árbol. Entonces las avispas comenzaron a revolotear por encima de su cabeza.
El agradecido oso trató de dispersarlas dando manotazos en el aire, pero las avispas no desaparecían y seguían intentado aproximarse al rostro del durmiente.
Entonces el oso, sumamente irritado por la actitud de los insectos, cogió una gran roca y la arrojó contra ellos.
La mala fortuna fue que la roca no rozó a ninguna avispa, pero si fue a estrellarse contra la cabeza del hombre poniendo término a su vida.
Desconocido


No hay comentarios:

Publicar un comentario