En el curso de un viaje, Mulla Nasrudin llega a un pueblo. En el
mercado se queda pasmado delante de un tenderete de frutas exóticas,
desconocidas, que se encuentran de lo más apetitosas. Le dice al vendedor:
Estas frutas parecen excelentes ¡Póngame un
kilo!
Se va la mar de contento con su compra. Un poco más
lejos, le hinca el diente a una de esas frutas rojas, pero al instante siente
que la boca le echa fuego. Se pone rojo. Sus ojos lloran y sin embargo continúa
comiendo. Un transeúnte, que le está mirando desde hace un momento le aborda:
-¿Pero qué hace usted?-
-Creía que estas frutas eran muy buenas.
Pensando que no iba a tener bastante con una sola, he comprado un kilo-.
-Comprendo, pero ¿por qué se empeña usted en
comérselas? Son pimientos rojos, y son terriblemente fuertes-.
-No son los pimientos lo que yo me como ahora, contesta
Mulla Nasrudin, sino mi dinero-.
Alejandro Jodorowsky
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