LA ALEGRÍA DE LA TORTUGA
La
tortuga estaba aburrida de andar siempre por el mismo jardín.
-¡Ah!- decía, -¡Cuánto me gustaría viajar y ver mundo! Pero camino tan
despacito que no llegaré muy lejos.
Dos patos
la oyeron y se ofrecieron a ayudarla.
-Inventaremos
un aparatito para que puedas viajar- le dijeron.
Entonces,
tomaron un palito y, entre los dos, lo sostuvieron con el pico.
La
tortuga no tuvo más que prenderse con los dientes del palo y los patos
remontaron vuelo y la llevaron por el aire.
¡Por fin
pudo ver las copas de los árboles y los techos de las casas!
De
pronto, se sintió tan poderosa, tan importante, que empezó a gritar: -¡Soy la
Reina de las tortugas!-.
Pero, al
abrir la boca, tuvo que soltar el palito y cayó a plomo.
¡Pataplúm!
Cayó en el pasto y se dio un gran porrazo, tan grande que estuvo dos días
quejándose:
-¡Ay, ay, ay, ay! ¡Por creerme la Reina de las tortugas, ahora soy la Reina de
los chichones!-.
Desconocido
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