jueves, 19 de enero de 2012

Date cuenta y verás...



EL HALCÓN QUE NO VOLABA

Cierto día, un rey recibió dos pequeños halcones como regalo y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenase para la caza.
Pasados unos meses, el maestro informó al rey de que uno de los halcones no se movía de la rama del árbol en que lo habían dejado, a pesar de que el otro ya volaba perfectamente.
El rey mandó llamar a sanadores, cazadores, cetreros y curanderos para que observasen al halcón, pero ninguno de ellos pudo hacer volar al ave, que, tras muchos intentos por parte de sabios y expertos, continuaba inmóvil en la rama.
Casi desesperado, el rey prometió una recompensa a la persona que hiciera volar al ave. 
A la mañana siguiente vio con sorpresa a los dos halcones volando por los jardines velozmente.
El rey ordenó que llevasen ante él de inmediato al responsable de tal prodigio y, asombrado, comprobó que no era sino un campesino.
El rey le preguntó: -¿Cómo lograste hacer que mi halcón volase?
El campesino, algo intimidado, respondió: -Fue fácil, mi señor. Corté la rama del árbol, el halcón se dio cuenta de que tenía alas y voló.
Desconocido

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