miércoles, 30 de noviembre de 2011

Con confianza...

EL LABRADOR
Un día, un labrador oyó un ruido bajo la rueda del rastrillo de su arado.
Miró con curiosidad y descubrió un cofre, medio desenterrado, lleno de monedas de oro.
-¡Qué suerte!- pensó. Y lo tomó para sí.
Fue corriendo a su casa para enterrarlo profundamente en su jardín. Mientras lo enterraba, se preguntaba -¿Qué hacer con eso?- y se imaginó todo lo que podría comprar. Al rato concluyó -puedo comprar cualquier cosa, este cofre lleno de monedas de oro será mi seguridad en caso de una dura temporada-.
Y tal seguridad cambió su carácter: de precavido llegó a ser relajado, de gruñón pasó a ser agradable y eliminó su intolerancia, de hecho, vislumbró una vida hermosa y feliz, sabiendo que aunque llegaran tiempos duros, podría hacerles frente.
Sus últimas horas llegaron y, antes de morir, reunió a sus hijos y les reveló su secreto. 
Murió instantes después.
Al día siguiente, sus hijos cavaron en el lugar indicado y encontraron el cofre, pero ¡qué sorpresa, estaba VACÍO! Pues las monedas habían sido robadas al labrador poco después de que las enterrara.
Desconocido







No hay comentarios:

Publicar un comentario